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Presión alta, ¿Qué debemos hacer?

Esta enfermedad pude ser de origen primario, si hay un componente genético o hereditario que predispone a la persona a padecerla en algún momento de su vida, o secundaria a alguna patología, como alteraciones renales, endocrinas, del sistema nervioso o el uso de ciertos fármacos.

El control de la hipertensión,  es muy importante, ya que se trata del mayor factor de riesgo en lo que respecta al desarrollo de trastornos cardiovasculares es por eso que se establece la necesidad de cambios en el estilo de vida para lograr controlar la presión arterial y vivir saludablemente:

Evitar el sobrepeso

La pérdida de peso aunque sea en un porcentaje pequeño, es uno de los métodos que mejores resultados da para disminuir los niveles de presión sanguínea sobre todo si la localización del tejido adiposo es visceral.

Reducir la ingesta de sodio

Si bien la reducción del consumo de sodio disminuye la tensión arterial, esta respuesta varía considerablemente entre individuos, pero es recomendable una ingestión inferior a 2.4 gr. de sodio o 6 gr. de cloruro de sodio (sal de mesa) por día ya que en Argentina el consumo es excesivo rondando en los 12 a 14 gr. día.

Limitar la ingestión de alcohol

Se recomienda en hombres una ingesta inferior a 2 vasos de vino, 2 latas de cerveza o 2 medidas de whisky (graduación 80), mientras que para las mujeres es la mitad de lo recomendado para los hombres.

Realizar actividad física aeróbica

Lo recomendable es realizar ejercicios aeróbicos como caminatas, ciclismo, natación, baile, etc., con una intensidad moderada tres a cinco veces por semana 20 a 60 minutos.

Mantener una ingesta adecuada de potasio

La ingestión elevada de alimentos ricos en potasio (carnes, leche, banana, naranja, pomelo, mandarina, manzana, zanahoria y espinaca) se asocia con la disminución de la presión y de los factores de riesgo cardiovascular. Los suplementos de potasio y las sales ricas en este mineral deben utilizarse con precaución en personas con insuficiencia renal.

No fumar

El cigarrillo se relaciona con un incremento significativo de la presión arterial.

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La obesidad, la edad y la deficiencia de vitamina D

Existe una asociación muy fuerte entre la deficiencia de vitamina D y la obesidad. Un metanálisis que incluyó datos de 13.209 individuos informó una asociación entre la deficiencia de vitamina D y la obesidad.

La relación entre los niveles séricos de vitamina D y el peso corporal existe en todo el rango, es decir, no es solo la obesidad extrema la que está relacionada con una menor cantidad de vitamina D. Por lo tanto, la etnia (piel oscura) y el aumento de peso corporal aumentan independientemente el riesgo de deficiencia de vitamina D.

El mecanismo de la relación entre la obesidad y la deficiencia de vitamina D no se comprende completamente. Puede reflejar en parte el secuestro de vitamina D (que es soluble en grasa) en la grasa corporal, pero se ha demostrado que la obesidad en ratones reduce notablemente la vitamina D.

La síntesis de vitamina D en la piel en respuesta a los rayos UVB se reduce al menos en un 50% en los ancianos en comparación con los adultos jóvenes.

En invierno, solo el 9,4% de los mayores de 55 años y el 11,5% de los mayores de 70 informaron haber tomado un suplemento de vitamina D. Una proporción mucho mayor de mujeres (14,6%) que de hombres (3,8%) tomó un suplemento. Tomar un suplemento fue el factor más importante que determinó el nivel de vitamina D. Estar institucionalizado es un factor de riesgo adicional para la deficiencia de vitamina D.

La deficiencia de vitamina D puede afectar el riesgo de infección viral respiratoria.

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Dislipemia, Movimiento y Alimentación

La dislipidemia es la concentración anormal de lípidos y lipoproteínas en la sangre (las grasas y las proteínas encargadas de su transporte).

Los altos niveles de LDL (colesterol malo) y triglicéridos y los niveles bajos de HDL (colesterol bueno) se han vinculado al desarrollo de enfermedad cardiovascular, y se producen como consecuencia de alteraciones genéticas, otras enfermedades o hábitos de vida no saludables (mala alimentación y escaso ejercicio físico).

La actividad física tiene importantes efectos beneficiosos para los pacientes que sufren de alguna dislipemia tanto por su efecto en los niveles de lípidos plasmáticos como por muchos otros efectos beneficiosos que influyen en el riesgo cardiovascular.

El ejercicio ideal es muy similar al que debe de realizar cualquier persona sana pero poniendo un énfasis especial en la pérdida de peso cuando haya sobrepeso u obesidad y dando prioridad al ejercicio de tipo aeróbico.

Se recomienda realizar ejercicio aeróbico (caminar, correr, andar en bicicleta...) durante 5 o más días a la semana.

Para un programa integral de ejercicio físico es muy adecuado añadir ejercicios de fortalecimiento muscular y flexibilidad.

La alimentación debe enfocarse en el descenso y control de la cantidad y tipo de grasas en la ingesta.

Los alimentos de origen animal como los láctos enteros, quesos duros, crema, manteca, carnes rojas, aves, fiambres y embutidos, productos panificados como algunas galletitas, facturas, tortas, panes y derivados hechos con grasas animales o margarinas hidrogenadas, helados, etc.

Aumentar la ingesta de pescados de aguas frías (merluza, lenguado, brótola, sardina, atún, salmón, etc) cereales integrales, legumbres, vegetales de todos los colores, combinados entre crudos y cocidos, frutas frescas, frutas secas (nueces, almendras, castañas, etc)

La consulta con un profesional de la Nutrición y la Salud, es importante para ordenar su alimentación de manera segura y equilibrada en alteraciones crónicas como la dislipemia.

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Alimentación en pacientes con cáncer

 

 

El cáncer y su tratamiento pueden debilitar el sistema inmunitario al interferir con las células sanguíneas que protegen contra las enfermedades y gérmenes. En consecuencia, el cuerpo no puede luchar contra la infección ni enfermedades, como lo haría el cuerpo de una persona sana.

Consejos para el manejo de los alimentos:

·         Lávese las manos con agua tibia y jabón durante 20 segundos antes y después de preparar los alimentos y antes de comer

·         Mantenga los alimentos refrigerados a temperaturas por debajo de 5 °C

·         Mantenga los alimentos calientes a temperaturas calientes (por encima de los 60 °C

·         Descongele la carne, pescado o aves en el refrigerador o microondas en un plato para recoger el líquido. Evite la descongelación dejando los productos a temperatura ambiente.

·         Use los alimentos descongelados inmediatamente; no los vuelva a congelar

·         Guarde los alimentos perecederos en el refrigerador dentro de dos horas tras su compra o preparación. Los platos hechos con huevo y crema (y las comidas que contengan mayonesa) no deben dejarse sin refrigerar por más de una hora.

·         Lave bien las frutas y verduras bajo agua potable segura antes de pelar o cortar. No use jabón, detergente.

·         Enjuague las hojas o verduras verdes con agua segura, potable

·         Las ensaladas empaquetadas, ensaladas de col picada y otros productos agrícolas preparados, incluso los marcados como "pre-lavados", deben enjuagarse de nuevo en agua segura.  Se puede usar un colador para facilitar esto.

·         No ingiera germinados crudos de semillas vegetales

·         Deseche las frutas y verduras que presenten alguna viscosidad u hongo

·         No compre productos agrícolas que hayan sido cortados en el supermercado (como melones o repollos cortados a la mitad).

·         Lave las latas de alimentos con agua y jabón antes de abrirlas.

·         Use diferentes utensilios para remover y probar los alimentos mientras los cocina. No pruebe (ni deje que otros prueben) alimentos con cualquier utensilio que será colocado de nuevo en los alimentos.

 

·         Elimine los huevos con cáscaras agrietadas.

 

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Importancia de las Lipoproteínas de alta densidad (HDL) y la Salud Cardiovascular

Las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de muerte en todo el mundo. La calidad general de la dieta y los comportamientos dietéticos son factores fundamentales para la salud metabólica.

La relación entre las características funcionales de la HDL y la salud cardiovascular y el impacto potencial de los patrones dietéticos.

Si bien las terapias se han centrado tradicionalmente en los niveles de colesterol de las lipoproteínas al evaluar el riesgo cardiovascular, las perspectivas actuales sobre las lipoproteínas de alta densidad (HDL) se han desplazado hacia la evaluación de la funcionalidad de esta partícula de lipoproteínas.

Los efectos de la dieta sobre la salud cardiovascular están mediados a través de múltiples vías, pero el impacto en la composición y función de las HDL merece mayor atención.

Las áreas potenciales de investigación incluyen cambios en las características de las partículas, distribución, carga de microARN y otros cambios funcionales como mejoras en la capacidad de salida de colesterol.

Varios patrones dietéticos como la dieta mediterránea y la dieta DASH (Enfoques dietéticos para detener la hipertensión) tienen efectos beneficiosos sobre la salud cardiovascular y pueden prevenir eventos cardiovasculares.

Estos patrones dietéticos saludables tienden a ser ricos en alimentos de origen vegetal, consumo de pescados de mar y aceite de oliva,  es probable que los beneficios cardiovasculares resulten de los efectos sinérgicos de los componentes dietéticos individuales.

 

 

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