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Las cesáreas aumentan el riesgo de coágulos sanguíneos tras el parto

Embarazo

Última actualización: 08/08/2017

noticiaLas probabilidades más altas se observan en las que reciben cesáreas de emergencia. Las mujeres que se someten a una cesárea se enfrentan a un aumento en el riesgo de coágulos sanguíneos potencialmente peligrosos en las piernas o en los pulmones tras el parto, confirma una nueva revisión. Los investigadores, que analizaron 60 estudios internacionales, hallaron que las mujeres que se sometieron a cesáreas tenían cuatro veces más probabilidades de desarrollar un coágulo sanguíneo que las que tuvieron un parto vaginal. Las cesáreas de "emergencia" (que se realizan cuando el parto vaginal fracasa) conllevaban el mayor riesgo. Los expertos dijeron que los hallazgos confirman lo que estudios individuales ya han mostrado. Hace mucho que ha estado claro que el embarazo en sí aumenta las probabilidades de una mujer de desarrollar coágulos sanguíneos antes de o en las semanas tras el parto. Las mujeres que se someten a una cesárea tienen un riesgo incluso más alto, aunque sigue siendo bajo, según los investigadores responsables del nuevo estudio. El nuevo estudio estima que el riesgo es de más o menos tres por cada mil. Las mujeres que son obesas o mayores de 35 años tienen unos riesgos de coágulos relativamente más altos. Ciertas complicaciones del embarazo o afecciones médicas (como las infecciones, la diabetes y la hipertensión) también pueden aumentar el riesgo. Los nuevos resultados "realmente confirman" que las cesáreas conllevan un riesgo de coagulación más allá del embarazo en sí, apuntó la Dra. Andra James, especialista en medicina materno-fetal de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte. El embarazo puede contribuir a los coágulos por unos cuantos motivos, como la presión en los vasos sanguíneos de la pelvis, y los cambios en las hormonas y las proteínas que afectan a la tendencia de la sangre a coagularse. James explicó que una cesárea aumenta las probabilidades incluso más porque cualquier cirugía puede conducir a coágulos sanguíneos. El cuerpo responde a la cirugía "movilizado sus mecanismos de curación", comentó, y eso conlleva un aumento en la propensión de la sangre a coagularse. Y en muchos casos, el problema que hizo que la mujer se sometiera a una cesárea tiene algo que ver, comentó James. "Algunas de las mismas afecciones que aumentan la necesidad de una cesárea también incrementan el riesgo de coágulos sanguíneos", señaló. James, que no participó en la revisión, ayudó a crear las directrices sobre la cesárea y el riesgo de coágulo sanguíneo del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (American College of Obstetricians and Gynecologists, ACOG). Cuando las mujeres no tienen otros factores de riesgo de coágulos, el ACOG recomienda un método sencillo que podría reducir el riesgo: el uso de un dispositivo de comprensión neumática antes del parto. Los dispositivos se colocan en las piernas para ayudar a prevenir que la sangre se coagule en las pantorrillas. También se anima a las mujeres a ponerse de pie lo antes posible tras una cesárea, dijo James. La inmovilidad también puede contribuir a los coágulos sanguíneos. En los casos en que una mujer tiene factores de riesgo adicionales de un coágulo sanguíneo, los médicos podrían sugerir un anticoagulante, como la heparina, según Blondon. Los últimos hallazgos, publicados en una edición reciente de la revista Chest, se basan en 60 estudios realizados en los últimos 35 años. En un subgrupo de 10 estudios que en realidad separaron las cesáreas planificadas de las no planificadas, las mujeres que se sometieron a una cesárea planificada tenían el doble de probabilidades de desarrollar un coágulo sanguíneo que las que dieron a luz por vía vaginal. El riesgo era entre tres y cuatro veces más alto en las mujeres que se sometieron a una cesárea de emergencia. La principal preocupación es que el coágulo se desprenda y se desplace a los pulmones, provocando un embolismo pulmonar. Esa afección, que puede resultar letal, por lo general se manifiesta como dolor de pecho, tos y dificultades para respirar. Los anticoagulantes son el principal tratamiento para ambas afecciones. Fuente: Medline Plus

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